martes, 5 de julio de 2011

ANDE SABE QUIÉN

Antes las pilas duraban más. He sacado la cámara, después de dos días cargándose, y me ha dado tiempo a hacer dos míseras fotos turbias y estúpidas.


Tenía ya las llaves de casa en la mano cuando he visto a un tipo alto y flaco agachado frente a "mi" bici. Parada en seco. El pavo desmontaba "mi" bici en mis hocicos. Me he acercado:


- ¿Le pasa algo a "mi" bici?

El cabrito se ha dado cuenta de las comillas y me ha ignorado.

- Es "mi" bici, ¿qué haces? ¿pasa algo?

- No te creo -me ha soltado así, sin más, mirándome, en cunclillas, mientras seguía "trabajando" en "mi" bici.

- Te juro que es "mi" bici así que, por favor, déjala en paz.

- Si es tuya, ábrela... Esta bici está abandonada y ahora es mía...

- Que no, que es "mía", bueno, no, no es "mía", pero tengo las llaves y no la puedo sacar porque están los candados oxidados así que déjala...


Ha recogido algunas tuercas y se ha ido a otra bici cercana. Notaba que me iba acelerando pero no me gustaban ni sus ojos ni su tono así que he subido a casa y me he asomado al balcón tres minutos más tarde. El chaval había vuelto a "mi" bici y estaba trasteando con el manillar.


1er pensamiento: "¿Bajo y le explico qué es la propiedad privada a leches?"
2º pensamiento: "Voy a llamar a los Monstruos de Escuadra"
3er pensamiento: "¿A los Monstruos de Escuadra? ¿En serio? ¡Dónde está la policía cuando se la necesita de verdad!"
4º pensamiento: "Como baje la vamos a tener... ¡¡¡Si la bici no es "mía" ni siquiera!!! Yo pago mis impuestos y quiero que venga quien sea y lo pare.
5º pensamiento: "Hijopú, entre que los monstruos vienen y no, ya me ha desmontado la puta bicicleta."
6º pensamiento (tras hablar por tercera vez con las autoridades y dar todos mis datos personales): "¡¿Por qué cojones me importa a mí la mierda de bici esa destartalada?!"



Las autoridades han conseguido identificar al ladrón 11 minutos más tarde de mi llamada (buen número, auguraba un buen final). Como un corderito se ha identificado y ha vuelto a colocar el manillar y algunas (no todas) las piezas que había ido recolectando de "mi" bici. Se ha marchado y los dos Mossos d´Esquadra se han quedado diez minutazos largos custodiando "mi" bici, como si ésta pudiera escapar así, sin más, en una fuga a lo "Thelma y Louise", a lo loco, o algo parecido en un ámbito de transportes.


Cuando me han llamado yo ya estaba a dos metros de distancia. Me han vuelto a pedir todos mis datos, incluso el nombre de mis padres, y me han ayudado amablemente a quitar todos los candados (oxidados) mientras me explicaban que el tío no tenía antecedentes y que les había prometido volver a por "mi" bici en un rato. Sí, sí, exactamente eso.

Con el manillar descabezado, la rueda delantera doblada y el resto hecho un cristo, he cargado hasta el ascensor con lo que ya son, y podemos confirmarlo, piezas maltrechas. "Mi" bici es taaaan grande que las puertas no se cerraban. 22.44 de la noche y encerrada en un ascensor con tres candados al hombro (uno sudando óxido y lluvia) y una rueda en mi cara. Visita a los vecinos a la búsqueda de una llave mágica que le dé cobijo a "mi" bici. Acaba aparcada en el cuartillo de las cucarachas. Después de girar la llave dos veces me pica todo. Putas fobias.


23.11 Me meto en la ducha pringosa de grasa y sudor. Bajo la retaguardia un minuto y al descorrer la cortina del baño me sorprendo preguntándome "¿De quién es el puta bici?¿Tantas ganas tienes de que te partan la cara?"

- Es, fue, un regalo mío.


Como si eso explicara por qué he actuado como lo he hecho. Como si eso bastara para quedarme tranquila. Como si... nada.



Llamo al propietario de la bici cuatro veces. Debe estar pasándoselo muy bien porque no tiene ni un segundo que perder en contestar a mi llamada.



"Venga, hombre, no te pongas así que no ha sido para tanto" -me digo.



Qué impotencia absurda, qué cabreo más tonto, qué chuminadas se me ocurren... Una puta bici. ¡¡Una puta bici!!


Y le hubiera sacado los ojos al listo de turno.

Y me hubiera comido el puto móvil enterito después de la 4ª llamada.

Y todavía estoy calibrando si hacer una 5ª porque lo de no responder me pone los nervios de punta y porque en el silencio y en la ausencia se aparecen los fantasmas más terroríficos, esos que te ponen en jaque y te hacen dudar de todos tus movimientos, esos que te cogen por la espalda...



Tengo una bici aparcada al lado del ascensor. Si su propietario no aparece en 7 días voy a devolverla a la calle y no volveré a mirarla nunca más. Ni de reojo.



"Que cada uno cuide de lo suyo" -me digo, endiablada.



Hoy es mi día "libre". Hoy puedo soltar todo lo que quiera por esta bocaza mía. Hoy me concedo el dejarme llevar por el cabreo y el blasfemar sin fin pasando de un sujeto a otro.



Ande sabe quién estará el propietario de la bici, quién sabe con quién andará, quién sabe cómo estará.


Quién sabe quién. Quién sabe por qué. Quién sabe suficiente. Quién sabe demasiado.




Aquí alguien que no quiere saber. 1ª p. sg.




Y mañana miércoles. Ahí es nada... aún queda mucha semana para sobrevivir.




Pul.lutant, no te ofendas.